El 9 de febrero de 1911, dos días antes de morir, el comandante de Infantería retirado Luciano Schmid Vilardaga hizo testamento y dio cinco fincas en la casa de beneficencia de la Diputación de Tarragona. Son los terrenos del peñasco de la Savinosa. Poco podía imaginar el benefactor militar que su donación, años allá, llevaría tan alboroto.
La última empescada sobre el futuro de la Savinosa llega de la mano de la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense. Los venerables protectores del patrimonio histórico tarraconense proponen que la Savinosa derribe. No sé donde estoy! El Arqueológica, valedera del más mínimo sillar, aboga por terminar el antiguo preventorio!
Para acabar de liarla, también diré la mía. La Savinosa debe albergar el nuevo complejo hospitalario del Juan XXIII. Enfermos con vistas al mar. El lugar ya fue hospital de sangre en la Guerra Civil y sería la mejor manera de ser fieles a la última voluntad del comandante Luciano Schmid.
Fuente: Diari Tarragona
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